lunes, 19 de marzo de 2012

Luces Rojas (2012)

Es la primera película que veo de Rodrigo Cortés y me ha sorprendido muy gratamente. No fui a ver Buried a pesar de que saliese el buenorrísimo del Reynolds porque ver una peli de un buenorro enterrado vivo me parecía aburridisimo y pesado de la muerte, pero después de ver esta, igual me lo planteo. No es tanto la historia que, por el tema del que trata, me recuerda a otras, como la pestosa “Más allá de la vida” de Clint Eastwood, y por el empeño en desenmascarar a falsos magos, videntes, parapsicólogos, a “El truco final”  o “El Ilusionista”.
Lo que de verdad me ha enganchado es la manera de narrar de este director, me parece supercompleta. Sus imágenes tienen mucha fuerza por sí solas. Una de las escenas más impactantes es la imagen, imponente, de Robert de Niro, antes de bajar del avión, con su rostro duro, surcado de arrugas de madurito interesante y sus ojos que, pese a ir cubiertos con las gafas negras, parecen mirarte directamente de una manera tan intensa que no puedes evitar cagarte viva en las bragas y que, como afirma Sigourney Weaver en otro momento de la película, te hagan dudar de la firmeza de tus creencias.
Recrea una atmosfera que bordea siempre la línea entre la posibilidad de la existencia de los fenómenos paranormales y el desenmascaramiento de todo tipo de trucos (algo que no deja de tener su gracia porque te das cuenta de lo panolis que somos) por parte de los escépticos y fríos científicos. Lo único verdaderamente sobrenatural es la capacidad humana, nunca suficientemente satisfecha, para caer víctimas de todo tipo de desaprensivos dispuestos a jugar con la debilidad e indefensión de las personas que recurren a estas instancias buscando ayuda para sobrellevar sus vidas.
Las interpretaciones son excelentes y es de agradecer que, por una vez, la elección de los actores no siga criterios de juventud, delgadez y belleza (aunque un buenorro en la peli nunca queda del todo mal). Que no es que sean unos fetos, pero resulta evidente que esos no son los motivos de su elección. No hay que olvidar la música, igualmente fantástica, imprescindible en esta historia de misterio y engaño.
Admito que tal vez el final defraude un poco, aunque en este caso me pareció menos relevante dado que toda la película resulta entretenida por la historia, muy atrayente por la fotografía y verdaderamente adictiva por la capacidad narrativa del director.
Nota: 7 sobre 10

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