sábado, 31 de marzo de 2012

Blancanieves (mirror, mirror) 2012

Excéntrica y divertida adaptación del cuento de los hermanos Grimm. Una manzana envenenada de lo más apetecible. 
La tiranía de la Reina (Julia Roberts) hace insostenible la vida de sus súbditos. Sólo una hermosa princesa  puede cambiar una situación que parece abrir un hueco a la esperanza con la aparición de un valeroso, caballeroso y adinerado príncipe. Versión saludable y tramposamente tosca revisitación del clásico.
«Todo el mundo tiene magia dentro. Muy pocos saben usarla con prudencia». Sirviéndose de tan sólo un puñado de decorados de aspecto exagerado y teatral que salvan los apuros de sus asomos de plastificación general, el director consigue un efecto visual de conjunto magnífico. Además, la adaptación supura un cavernoso sentido del humor que regala abundantes carcajadas destinadas al público adulto, sin menoscabar su espíritu de propuesta para casi toda la familia.
Esta “Blancanieves” es extravagante, excéntrica, inocentemente oscura y grotesca en ocasiones y decididamente bizarra en muchos de sus pasajes, en un global notable aupado por el esfuerzo de un reparto central que realiza un trabajo estupendo. Lily Collins cumple como muñeca dulce de ciertos tintes guerreros, y los encantos y las pócimas de la mejor Julia Roberts en mucho tiempo, autoparódica ─ese radical tratamiento de belleza─ y parcamente sádica dan un toque que te deja con las bragas colgando todo el rato. Y unos increibles 7 enanitos que no tienen que ver con los pastelosos de toda la vida conforman un solo espíritu gracias a la incontestable química que les une en pantalla. Una pintoresca manzana envenenada de lo más apetecible desde luego.
Nota: 7 de 10

viernes, 23 de marzo de 2012

Intocable (2012)

Partiendo de que no cuenta nada nuevo ni aporta ningún tipo de aire fresco al tan cansino género de los dramas de superación, la quinta película de la pareja de realizadores franceses Olivier Nakache Eric Toledano se mueve tan condenadamente bien dentro de esas aguas conocidas por todos que termina dando lo mismo. Quizás el apabullante triunfo obtenido en su país de origen, Gabachilandia, donde ya la han visto casi 20 millones de personas convirtiéndola en la tercera película de más éxito en la historia de la taquilla gabacha, sea un poco exagerado, pero a nadie pareció sorprenderle que hace 5 años una película con un papel similar, Mar Adentro, arrasara en las carteleras de nuestro país, con lo que tampoco os debería extrañar que Intocable, del mismo palo que la cinta de Amenábar, pero a la vez tremendamente divertida, sea una de las últimas sensaciones del cine europeo. Y luego está Omar Sy, el negro, claro, que te deja las bragas por los tobillos todas mojadas de pensar en que te empuje el carrito todo el día, una y otra vez, bien a fondo... 
Nos presenta a Philippe, un tetrapléjico millonario tras un accidente de parapente que busca un nuevo asistente. A la entrevista acude Driss, un senegalés más preocupado porque le firmen el recibo del paro que por conseguir el empleo, para el que se considera descartado al no tener ninguna formación médica y encima contar con antecedentes penales. Pero Philippe no busca realmente un ayudante, sino que está más interesado en añadir algún aliciente a su vida, y qué mejor que la persona más opuesta posible a él mismo. ¿Tiene lógica meter a un inmigrante irresponsable, maleducado y con una condena por robo a sus espaldas en tu mansión-que-te-cagas donde vives sólo con tu criada para que se convierta en tu principal apoyo? Eso no importa, ya que Intocable cuenta con el infalible y siempre tramposo comodín que otorga el rótulo de "basada en hechos reales". Además, si no, no tendríamos película. 
Una vez superado este punto idílico de la premisa, podríamos decir que el resto de la cinta va sobre raíles, por lo menos hasta el último acto. La química entre ambos actores es evidente desde el primer instante en pantalla, y a pesar de que el desarrollo de la trama sobrecarga con demasiado trasfondo al personaje de Driss (familia desestructurada, hermano metido en drogas, etc...), el trabajo de Omar Sy es tan orgánico y natural que da igual la cantidad de tópicos que le eches en la espalda, que el tipo es capaz de resolver cualquier situación con una de esas actitudes vitales enérgicas y contagiosas. Por razones obvias, el que lo tiene más complicado para lucirse es Francois Cluzet, atrapado no solo en una silla, sino en un rol que pese a resultar el 50% del protagonismo del film, no deja de ser un tremendo recurso facilón sobre el que desarrollar esta historia. Desde sus ataques nocturnos de ansiedad hasta esa relación engañosa por correspondencia, todos los clichés dramáticos de la tretraplejia en el cine son esbozados en torno a Philippe con la simpleza del que no quiere asomarse a ver los verdaderos demonios del problema. Con la ligereza que te permite un personaje sin problemas económicos y de alto nivel cultural que simplemente se aburre entre su colección de libros de arte y discos de Vivaldi. ¿Y cómo suplir esa sobredosis de formalismo? Con ligeros esbozos de incorrección política, suficientes para elevar a esta comedia por encima del resto por los pelos...
Algo tímida al comienzo con las perrerías que le hace Driss a Philippe hasta que se adapta a su trabajo. "¡Le ha metido la cuchara en el ojo! ¡Y como es inválido no puede evitarlo!" Y demás gags propios de Rasca y Pica... Un tono que se convierte en un auténtico puntazo cuando vemos a Philippe aprovecharse de su condicion, por ejemplo, para librarse de una multa fingiendo una embolia, o explicando su recién descubierto fetiche sexual con las orejas. Un acercamiento que se agradece y mucho ante los recursos facilones de los que se sirve el relato y que nos descubre el verdadero valor de Intocable, que no es otro que la normalización de dos condiciones sociales condenadas a la ausencia de contacto con otras personas, uno por su dolencia, y el otro por su estatus de ciudadano de segunda, que encuentran donde menos se lo esperan ese aliciente que les impulsa a seguir hacia delante.
Sí, suena algo ñoño, pero es que la última moda (en color) francesa ,es una de esas peliculas que muestran el tipo de mundo en el que a todos nos gustaria vivir. Un lugar en el que a la hora de la verdad, las apariencias no son un obstáculo y en el que todas las personas, incluso tras pasar mil y una penurias, siempre terminan consiguiendo la ración de amor que les corresponde.
Con este panorama y por mucho que la cinta tenga momentos realmente divertidos, Intocable no deja de ser una de esas películas que nos suenan a viejo.
Nota: 6 sobre 10

lunes, 19 de marzo de 2012

Luces Rojas (2012)

Es la primera película que veo de Rodrigo Cortés y me ha sorprendido muy gratamente. No fui a ver Buried a pesar de que saliese el buenorrísimo del Reynolds porque ver una peli de un buenorro enterrado vivo me parecía aburridisimo y pesado de la muerte, pero después de ver esta, igual me lo planteo. No es tanto la historia que, por el tema del que trata, me recuerda a otras, como la pestosa “Más allá de la vida” de Clint Eastwood, y por el empeño en desenmascarar a falsos magos, videntes, parapsicólogos, a “El truco final”  o “El Ilusionista”.
Lo que de verdad me ha enganchado es la manera de narrar de este director, me parece supercompleta. Sus imágenes tienen mucha fuerza por sí solas. Una de las escenas más impactantes es la imagen, imponente, de Robert de Niro, antes de bajar del avión, con su rostro duro, surcado de arrugas de madurito interesante y sus ojos que, pese a ir cubiertos con las gafas negras, parecen mirarte directamente de una manera tan intensa que no puedes evitar cagarte viva en las bragas y que, como afirma Sigourney Weaver en otro momento de la película, te hagan dudar de la firmeza de tus creencias.
Recrea una atmosfera que bordea siempre la línea entre la posibilidad de la existencia de los fenómenos paranormales y el desenmascaramiento de todo tipo de trucos (algo que no deja de tener su gracia porque te das cuenta de lo panolis que somos) por parte de los escépticos y fríos científicos. Lo único verdaderamente sobrenatural es la capacidad humana, nunca suficientemente satisfecha, para caer víctimas de todo tipo de desaprensivos dispuestos a jugar con la debilidad e indefensión de las personas que recurren a estas instancias buscando ayuda para sobrellevar sus vidas.
Las interpretaciones son excelentes y es de agradecer que, por una vez, la elección de los actores no siga criterios de juventud, delgadez y belleza (aunque un buenorro en la peli nunca queda del todo mal). Que no es que sean unos fetos, pero resulta evidente que esos no son los motivos de su elección. No hay que olvidar la música, igualmente fantástica, imprescindible en esta historia de misterio y engaño.
Admito que tal vez el final defraude un poco, aunque en este caso me pareció menos relevante dado que toda la película resulta entretenida por la historia, muy atrayente por la fotografía y verdaderamente adictiva por la capacidad narrativa del director.
Nota: 7 sobre 10

jueves, 15 de marzo de 2012

Los idus de marzo (2012)

La nueva peli del buenorro de George Clooney delante y detrás de las cámaras se disfraza de thriller político sencillo y dínámico para lanzar de un modo asequible al público masivo una brutal y aterradora diatriba contra quienes manejan el mundo. ¡Fantástica! ¡Nos abre los tres ojos ante los que nos mangonean día a día desde los políticarros a los periolistos!
El asesor de campaña de Mike Morris (Clooney), aspirante a ocupar el Despacho Oval por parte del Partido Demócrata tiene una fe ciega en él y todo pinta muy bien en la campaña. Y sin renunciar a la integridad, además. George Clooney dirige una película cuyas riadas de mala leche fluyen con tanta naturalidad que convierten la propuesta en algo aparentemente mucho más liviano de lo que en el fondo es. Un tremendo golpe de efecto que le confirma ya desde la misma elección del título ─los idus eran días de buenos augurios para los romanos, pero durante ellos fue asesinado Julio César─ como un fantástico cineasta (una vez más), capaz de lanzar a las masas contenidos despiadados que se absorben con espeluznante facilidad comercial. Qué miedo. Y qué impotencia provoca la razón de su discurso.
«Me importa una mierda que pueda ganar. Tiene que ganar». El 99% de la población mundial es perfectamente consciente de que la política como concepto mismo ha desvirtuado casi totalmente su vocación de servicio al pueblo. Clooney y sus guionistas saben que no hace falta incidir en ello de un modo rebuscado e intelectual, así que deciden disfrazar esta crítica evidente a los estamentos del poder de thriller emocionante y dinámicamente distraido con el satanizante viaje moral de la figura principal, que parece evolucionar de oveja a lobo rodeado de pastores fuertemente armados.
Con políticos y medios de comunicación retratados en su miseria toca pensar hacia dónde vamos... o seguir tragando con todo como borregas tontas como hasta ahora...

domingo, 11 de marzo de 2012

John Carter (2012)

Andrew Stanton abandona la animación (WALL-E) para encargarse de la mastodóntica adaptación de la obra de Edgar Rice Burroughs. Pervertida por Disney para un público familiar, abandona buena parte de su esencia, pero lo peor de todo es su insulsez general. ¡Aburre a las ovejas!
Edgar Rice Burroughs resulta ser el único heredero de su difunto tío, John Carter. A través de su diario, conocerá su historia. Coincidiendo con el centenario de la primera publicación de “Una princesa de Marte”, pieza capital de la fantasía del siglo XX y primera de la serie Barsoom que Burroughs dedicó al personaje, llega a los cines este bodrio en forma de megaproducción  en la que el frustrante resultado es proporcional a su desmesurado presupuesto, que se va por encima de los 250 millones de dólares.
Vale que comercialmente se justifique matar buena parte de la esencia pulp de la obra escrita, máxime tratándose de un truño producido directamente por Walt Disney Pictures. Fuera químicas eróticas de la pareja principal, fuera irreverencia y socarronería, excesos violentos y demás zarandajas, aquí lo que cuenta es la aventura familiar. Vale. Pero lo que es inaceptable es el aburrimiento supino de una película a la que le sobra metraje por todas partes y que no destaca por sus dosis de acción, emoción, amor, drama o comedia; insulsa, anodina, su único impulso son los kilométricos saltos semi en bolas del muchacho del título. Sin más...
Mal dirigida y muy mal editada, adornada por una banda sonora que no soportaría ni un sordo, con el añadido de destrozar la ilusión de los seguidores de Dune, Star Wars, Avatar... por encontrar un nuevo mundo de fantasía (al ver este te dan ganas de destruirlo directamente para dejar de sufrir semejante tostón). No es más que la guinda del despropósito que es este bodrio protagonizado por un sosainas Taylor Kitsch, ausente de carisma alguno y sin ningún tipo de feeling. Por lo menos la integración digital de los paisajes marcianos luce y mucho, pero qué menos. Solo faltaría que ni eso hubiesen sido capaces de lograr con semejante despilfarro de dinero.
Nota: 3 sobre 10

viernes, 9 de marzo de 2012

La ola (2008)

Peliculón basado en hechos reales. En otoño de 1967 Ron Jones, un profesor de historia de un instituto de Palo Alto enCalifornia, no tuvo respuesta para la pregunta de uno de sus alumnos: ¿Cómo es posible que el pueblo alemán alegue ignorancia a la masacre del pueblo judío? En ese momento Jones decidió hacer un experimento con sus alumnos: instituyó un régimen de extrema disciplina en su clase, restringiéndoles sus libertades y haciéndoles formar en unidad. El nombre de este movimiento fue The Third Wave. Ante el asombro del profesor, los alumnos se entusiamaron hasta tal punto que a los pocos días empezaron a espiarse unos a otros y a acosar a los que no querían unirse a su grupo. Al quinto día Ron Jones se vió obligado a acabar con el experimento antes de que llegara más lejos. Pero llegó...
En estos días es un buen ejercicio para abrir los ojos y ver lo fácil que es manipular a las masas, incluso que ellas mismas se automanipulen, el pensamiento individual muere aplastado ante el "pensamiento" colectivo, el poder de la propaganda y la moda frente a la debilidad mental individual. Para pensar y disfrutar de una gran película...
Buena imagen, buen ritmo, gran banda sonora, un profe macizorro ¡Teneis que verla si aún no lo habeis hecho! ¡Perras!

martes, 6 de marzo de 2012

Mi semana con Marilyn (2012)

Basicamente se trata de resucitar la dulzura y la inocencia de Marilyn Monroe a través de Michelle Williams... así que es una película amable y complaciente que levanta más compasión que pasión hacia el mito, pero vamos, que la gran interpretación de la protagonista no hace que llegue a producir lo que producía la presencia de la gran Marilyn original.
A partir de los recuerdos de un joven ayudante de dirección nos deja un retrato dulce y humano de la actriz. La verdad es que no pasa de ser un brochazo un tanto ligero y sin pretensiones, pero consigue transmitir, desde la anécdota de un romance surgido durante el rodaje de "El príncipe y la corista" toda su vulnerabilidad personal. Apenas hay dramatismo y todo es suave y placentero, quizá como la propia actriz, porcelana frágil e insegura, siempre proclive a romperse y a rehacerse si encontraba un poco de cariño a su alrededor. Aisssssssssss...
El director trata de que Michelle Williams resucite al icono más glamouroso de Hollywood, y en cierto modo que su propia belleza nos haga olvidarla. Su caracterización física por maquillaje, vestuario y peinado está bastante lograda, aunque Williams nunca logra ser “ella” ni tenga la frescura de Monroe (a veces parece más Lady Gaga retro que la diva), pero mejor aún son su interpretación y sus reacciones infantiles reclamando el cariño que no tuvo, de mujer un poco simple e inocente que no estaba preparada para la fama, de alma perdida entre el capricho y el barbitúrico.
En cierta medida esta semana con Marilyn se convertirá en el encuentro de dos personas que necesitaban tener a alguien de su lado, que sintonizarán al sentirse incomprendidas y vacilantes en su camino, y que se admirarán por su talento, él a ella, o por su familia, ella a él.
Si Williams cumple con creces en su papel de mujer frágil y ligera, inocente y encantadora, Kenneth Branagh nos deja, como siempre, un buen trabajo, aunque algo histriónico. Del enamorado ayudante de dirección nos quedamos con su mirada de veinteañero apasionado e idealista, ligeramente follable (más por esa mirada de ternura indefensa que por su físico evidentemente). Buena ambientación de época y cuidada fotografía para esta postal dulce y contenida, y un guion que destila gotas de sarcasmo anti-sindicalista y muestra una industria que devora a sus hijos, mostrandonos la impuntualidad e incapacidad para memorizar papeles de Monroe.
El director acierta a capturar la esencia de la estrella y nos deja una película amable, complaciente con el espectador y la propia actriz, levanta más compasión que pasión, mostrando estar hecha con cariño, pero sin más...
Nota: 6 sobre 10

sábado, 3 de marzo de 2012

La mujer de negro (2012)

Esta película en la que vemos al niñato de Harry Potter sin barita, con cara de friki feo y pálido como la polla de un albino funde la atmósfera gótica con efectismos al más puro estilo de horror japonés. Para disfrutarla en la oscuridad…
Va de un abogado Arthur Kipps (ex Harry Potter) que es enviado a un pueblacho para liquidar los papeles de la mansión Eel Marsh, como paso previo a su venta tras morir su dueña. Pero la casa viene con sorpresa. Una historia inglesa de fantasmas nacida de la imaginación de la novelista Susan Hill en 1983. El resultado es notable en su consideración general, de lo más estimulante para pasar cien minutos abrazado a un bol de palomitas o a algún maromo protector que luego nos quite el miedo a base de pollazos.
Es una potente fusión del terror gótico con el  japo-horror que invadió los circuitos de todo el mundo hace unos años, este cuento tenebroso equilibra una atmósfera envolvente y atrapante ─que no excluye extensas secuencias sin diálogo alguno─ y un divertido ─pero abusivo en ocasiones─ efecto tren de la bruja que sacude el espectador a lo largo de un drama inflexible en su tono arisco, turbio y entristecedor; a los crujidos, susurros y crepitares de cualquier haunted mansion que se precie ─la localización de la película es espectacular en su escenario principal─ se suman padres destrozados que sobreviven a sus hijos, fangos asesinos y localizaciones envueltas en una constante bruma que subraya la desolación.
Gran dirección artística ya desde su estremecedor prólogo, una producción limpia apuntalada por una crepuscular fotografía que juega bien sus posibilidades con un montaje inteligente, abierto en sus trampas, y una banda sonora que bucea más allá de los evidentes golpes de sonido que anticipan/subrayan/acompañan los sobresaltos principales. Daniel Radcliffe, protagonista (casi) absoluto que inicia aquí verdaderamente su carrera cinematográfica más allá de la jodida barita mágica, aguanta bien la expresión eternamente apesadumbrada de su personaje (habrá que verlo alguna vez en un papel en el que tenga que cambiar de cara). Una cinta para disfrutar a oscuras, en pantalla grande… y en compañía. Por si...
Nota: 7 sobre 10