viernes, 27 de enero de 2012

Priscilla, reina del desierto (1993)

Las aventuras de Priscilla, Reina del Desierto es todo un canto a la vida imprescindible para gays, maricones, locazas y hetero que se precie. Un éxito sin precedentes en el país de las antípodas, que además traspasó fronteras y llegó a Cannes y a Hollywood. ¿Su secreto? Utiliza viejas fórmulas (road movie) y las reinventa (queer movie), dando lugar a un cócktel explosivo, lleno de música, vitalidad y emoción.
La estructura de Priscilla, es la de toda película de carretera, un viaje iniciático en el que sus protagonistas viven una gran aventura, que les cambia la vida de algún modo.
Mitzi (Hugo Heaving), locaza irreverente, se acaba aceptando a sí mismo a los ojos de su hijo, un prejuicio autoimpuesto que no le deja volar, pero que al quitárselo le abre las puertas de la felicidad. Bernardette (Terence Stamp), travola vieja,  acepta sus años y vive una segunda juventud, sin dejarse arrastrar por el peso de la vejez o de la muerte de los seres queridos. Y Felicia (Guy Pearce), la equilibrada, descubre que la humanidad y la humildad son virtudes que no han de ser ajenas a nadie, sea uno como sea.
Con un material tan emotivo, Priscilla no es melodrama, gracias a un espectacular toque cómico que le da el hecho de que Mitzi, Bernardette y Felicia, son tres travestis “ fabulosas” en medio del desierto. Pero además, refleja la amistad más allá de cualquier cosa rodeada de situaciones y diálogos tan divertidos como geniales. ¡Esa chinita lanzadora de pelotas de pin pon con el coño en un bar del desierto es genial de la muerte!
Y si ver Priscilla es una excelente aventura, es en gran medida por los tres magníficos actores que interpretan a los protagonistas, que juegan con los matices de sus papeles en el registro cómico, pero que los defienden desde la humanidad como si de un Shakespeare se tratara.
Una historia original y espectacular, cómica en todo momento, pero sobretodo con un canto por la vida latiendo en el interior. ¡Imprescindible para cualquiera!
Nota: 9 sobre 10

martes, 24 de enero de 2012

Los descendientes (2012)

Matt King (George Clooney), que esta casado y es padre dos niñas, se encuentra de repente ante la tesitura de encauzar su vida a consecuencia de una accidente que ha dejado a la petarda de su mujer, Elisabeth, en coma. Matt intenta con poco exito su pequeño desastre familiar, sobretodo en lo que respecta a la relación con sus dos hijas, Scottie, de 10 años (Amara Miller), y la tocahuevos adolescente Alexandra, de 17 (Shailene Woodley), al mismo tiempo que se enfrenta a la difícil decisión de vender las tierras de la familia, cuyas raices se remotan a la realeza hawaiana.
Alexander Payne vuelve a la dirección tras varios años de ausencia y lo hace, con este candidato al Oscar a mejor película de este año que tiene como principal activo la actuación del buenorro incombustible Clooney, ¡esta genial!, y las dos hijas, principalmente la sorprendente Shailene Woodley, además de unos secundarios muy acertados como Robert Foster, que tiene varias escenas interpretadas para premio. Por otro lado el director nos muestra un Hawai que el director intenta mostrar diferente a la de la postal turística, un tanto más palida, que el lugar luminoso y alegre que estamos acostumbrados a ver.
Nota: 7 sobre 10

miércoles, 18 de enero de 2012

The Collector (2012)

Para chillar como una loca y que se te quede el culo seco de miedo existen estilos como el torture porn, de gran éxito de taquilla. Con las entregas iniciales de Saw y Hostel como puntas de polla para abrir culos hambrientos de este tipo de cine, esta modalidad de terror ha terminado encontrando sus propias claves que millones de fans veneran. Con esa puesta en escena fragmentada e inestable, con un ritmo histérico en cuanto al cambio de planos, luces saturadas sobre ásperos escenarios y una banda sonora que genera su característico ambiente malsano.

Marcus Dunstan es uno de los principales expertos del torture porn. Suyos son los guiones de las cuatro últimas entregas de Saw, por lo que The collector es su forma de volver a ganarse la vida llenando la pantalla de vísceras, sangre y demás guarrerías (de hecho, la peli data de 2009, cuando Jigsaw aún andaba por ahí matando). Este es un indisimulado intento de iniciar una nueva franquicia (parece que lo ha conseguido: la secuela, está en fase de posproducción) con toro tipo de villano. Mientras que el asesino del puzzle tenía “sus razones” para odiar a todo el mundo, por aquí se pasea un tiparraco enmascarado que no dice ni pío.
El héroe de la peli resulta que es un ladrón del que se dejan bien claras las razones por las que va a cometer su fechoría, y que acaba siendo una víctima potencial del coleccionista. The collector aporta poco más. Las trampas que ha dejado el psicópata colocadas por toda la casa recuerdan a una versión chunga y demente de Solo en casa, y el desarrollo es muy poco creíble, entre otras cosas se pegan media hora sin curzarse por la casa... vamos, que nii en villa meona les pasa eso a la Preysler y a Boyer (por cierto, ¿siguen vivos?, uis que desvarío), aunque eso es parte de las reglas del juego. Lo más llamativo es que aunque la peli se empezó a realizar hace menos de tres años, parece que ya no está este destripeo tan de moda. Ahora parece que lo que asusta de verdad son las cámaras de vídeo que sacan fantasmas, se remenean como una pasiva sobre una polla de 25 cm o está todo tan oscuro que no se ve nada. Igualmente, si sois unas perras macarras y sanguinarias que disfrutasteis de todas las Saw y las de Hostel, id a buscar vuestra ración de carne que la teneis ahí bien crudita, y chillad en el cine y arañad a la gente de las butacas de al lado sin piedad, que a lo mejor les gusta y todo...
Nota: 6 sobre 10

domingo, 15 de enero de 2012

Drive (2011)

Dirigida por Nicholas Winding Refn y protagonizada por Ryan Gosling, Carey Mulligan y Albert Brooks, es una película que me ha mojado las bragas como hacía tiempo que ninguna otra me lo hacía, que parece entrar dentro de los convencionalismos del cine de acción pero es algo muy diferente, la mano de Disney se nota sin llegar a provocar arcadas rosas. Admito que tenía una imagen muy distinta de Drive basada en los trailers, me esperaba explosiones, carreras de coches que acaban más destrozados que el ojete de una pasiva en un bukkake de negros, pero me alegra decir que el producto final superó mis expectativas.
La historia del film es relativamente simple, gira alrededor de Driver (Gosling), un mecánico y conductor de escenas de riesgo para películas que también hace trabajos para grupos criminales. Su vida cambia cuando conocer a Irene (Mulligan), una madre pavisosa cuyo esposo está en prisión y que se dedica a cuidar lo mejor posible a su hijo Benicio, el niño de turno.
La impresión que Irene causa en Driver lo lleva a desarrollar una improbable relación con ella, la cual rompe con los clichés del romance en Hollywood pero que consigue resultar sumamente íntima y creible a la hora de crear un vínculo entre ellos, muy en plan Disney eh, no espereis que acabe a cuatro patas chillando como una perra mientras el chulazo macarra la destroza salvajemente sobre el capó de su coche.
La cosa se complica al salir de prisión el esposo de Irene, que se verá forzado a realizar un trabajo para unos quinquis criminales ya que amenazan a su familia, la pavisosa y el niño. Para hacerlo contará con la ayuda de Driver pero todo se saldrá de madre, forzándolo a revelar ante Irene un costado de sí mismo que hubiese preferido ocultar... eso no so lo contaré, que sino me cargo la peli y deseareis mi muerte entre terribles sufrimientos... vamos, virgen y condenado a escuchar discos de la innombrable (ex de Fernando Alonso) para toda la eternidad.
No añadiré más detalles de la sustancia de la peli para no arruinárosla pero combinada con una excelente banda sonora de la mejor música electrónica, Drive muestra que los thrillers no necesitan explosiones ni trucos argumentales para dejar al público como si acabasen de hacerles una pedazo de mamada.
Nota: 8 sobre 10