Matt King (George Clooney), que esta casado y es padre dos niñas, se encuentra de repente ante la tesitura de encauzar su vida a consecuencia de una accidente que ha dejado a la petarda de su mujer, Elisabeth, en coma. Matt intenta con poco exito su pequeño desastre familiar, sobretodo en lo que respecta a la relación con sus dos hijas, Scottie, de 10 años (Amara Miller), y la tocahuevos adolescente Alexandra, de 17 (Shailene Woodley), al mismo tiempo que se enfrenta a la difícil decisión de vender las tierras de la familia, cuyas raices se remotan a la realeza hawaiana.
Alexander Payne vuelve a la dirección tras varios años de ausencia y lo hace, con este candidato al Oscar a mejor película de este año que tiene como principal activo la actuación del buenorro incombustible Clooney, ¡esta genial!, y las dos hijas, principalmente la sorprendente Shailene Woodley, además de unos secundarios muy acertados como Robert Foster, que tiene varias escenas interpretadas para premio. Por otro lado el director nos muestra un Hawai que el director intenta mostrar diferente a la de la postal turística, un tanto más palida, que el lugar luminoso y alegre que estamos acostumbrados a ver.
Nota: 7 sobre 10
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