En una residencia de ancianos, un hombre lee a una mujer una historia de amor escrita en su viejo cuaderno de notas. Es la historia de Noah Calhoun y Allie Nelson, dos jóvenes adolescentes de Carolina del Norte que, a pesar de vivir en dos ambientes sociales muy diferentes, se enamoraron profundamente y pasaron juntos un verano inolvidable, antes de ser separados, primero por sus padres, y más tarde por la guerra.
No es una obra maestra, pero es la primera película que me viene a la mente si tuviera que recomendar alguna a algún joven que ronde los 15-18 años. Un dramón dulce y delicioso de los de meterse el dedillo para acabar llorando como una magdalena un varios momentos de la película.
Contada con ritmo de forma notable, y tocando las fibras justas en el momento adecuado, es difícil resistirse a los encantos de este drama romántico juvenil, por previsible que parezca. Lo acaramelado de la historia queda eclipsado por una ambientación ídílica y envolvente, marco propicio para un tierno relato que adquiere una inusitada potencia por sus interpretaciones principales, delicadas y convincentes.
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