Otra buena sorpresa de la cartelera española, demostrando una vez más que hay cine más allá del destape y la guerra civil de los directores patrocinados de siempre... sangre fresca y aire limpio para el cine contra la crisis, menos subvenciones públicas a los amiguitos y aparece el cine de calidad en las distribuidoras...
La historia ni la voy a comentar, porque los giros y cambios se suceden hasta el sorprendente final y no es plan de dar pistas, vale la pena vivirlo de principio a fin.
Belén Rueda sigue en su espiral de papeles oscuros, su tendencia al más allá empieza a ser preocupante pero al ser tan asidua al lado oscuro la verdad es que se le ve fluida en la interpretación como algo tan natural como el respirar.
El pero es sin duda el estilismo y la escenografía, el primero en un afán de buscar la sordidez encuentra la caspa y el segundo confunde lo oscuro con lo mortecino... pero el conjunto presenta una obra realmente recomendable de ver.
Nota: 8 sobre 10
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